En primer lugar, decir que se consideran enfermedades «reumáticas» (término en desuso) dolencias, de origen muy diverso, que producen dolor crónico(permanente) aunque sea  intermitente, que acarrea una reducción de la movilidad y funcionalidad. Además, en determinados casos puede aparecer un proceso de deformación.

Bajo la denominación de «reuma», que en realidad no designa ningún trastorno específico (y por ello en terminología médica en general ya no se utiliza), se engloban unas 200 afecciones diferentes (artrosis, artritis, osteoporosis, gota, bursitis, fibromialgia, …) que pueden afectar a las articulaciones y a los huesos, pero también a cartílagos, músculos, ligamentos, tendones y tejido conectivo.

En todo caso, la eficacia de la fisioterapia en este tipo de trastornos se puede resumir en los siguientes puntos:

  • Optimizar la realización del ejercicio terapéutico prescrito para cada fase de la evolución/tratamiento
  • Tratar (o prevenir) posibles alteraciones funcionales secundarias
  • Impedir estados de inactividad, porque acentúan la presencia y potencia del dolor
  • Reducir o evitar los procesos deformantes
  • Ayudar a la compensación muscular
  • Diseñar pautas ergonómicas adecuadas al trastorno específico

Y por último, acude siempre a un profesional debidamente cualificado.

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